'La Furia' pierde su sueño, pero mantiene la esperanza de salir adelante
La icónica mascota de Acereros perdió su negocio recién inaugurado tras un incendio, pero no su fe, de alguna manera volverá a reunir sus ahorros para emprender y salir adelante
Jesús Enrique Apodaca Meraz, conocido cariñosamente como “La Furia”, salió del Hospital Amparo Pape de Benavides tras sufrir quemaduras de primer grado en piernas y brazos provocadas por la explosión de su puesto de comida. Aunque su estado de salud se reporta fuera de peligro, las heridas físicas se suman a un dolor aún mayor: la pérdida de su proyecto de vida.
El joven de 31 años compartió que este negocio, inaugurado apenas hace cinco días, representaba no solo una fuente de ingresos en temporada baja de béisbol, sino también la materialización de un sueño que venía construyendo desde tiempo atrás.
Un sueño reducido a cenizas
Apodaca había invertido más de 28 mil pesos en equipo y otros 10 mil en insumos como carne, pan y tortillas. Sin embargo, todo se perdió en cuestión de minutos cuando una fuga de gas provocó una explosión que envolvió su negocio en llamas.
“Fue menos de cinco minutos, todo se incendió. No hubo oportunidad de salvar nada, hasta mi celular y el efectivo que tenía guardado se quemaron”, relató con tristeza.
De la ilusión a la pérdida
El proyecto de venta de alimentos era el sustento con el que pretendía mantenerse durante los meses sin temporada de béisbol. La comunidad de Frontera lo había recibido con entusiasmo, y en poco tiempo su negocio comenzaba a prosperar.
“La gente me estaba respondiendo muy bien, no sé si por el personaje o por lo que ofrecía, pero iba bien. Me alcanzaba para vivir y seguir creciendo”, recordó con nostalgia.
Más que una mascota
Aunque originario de Sonora, Jesús Enrique encontró en Monclova un segundo hogar gracias a la pasión del béisbol y al cariño de la afición. Como “La Furia”, la enérgica mascota de los Acereros, logró ganarse el corazón de niños y adultos, convirtiéndose en un ícono del estadio.
Hoy, tras la tragedia, ese mismo público le ha demostrado su apoyo con mensajes y llamadas que le recuerdan que no está solo. “He sentido el cariño y el apapacho de la gente, eso lo valoro mucho”, expresó conmovido.
Fe para levantarse
A pesar de sus ánimos bajos y las curaciones dolorosas, Apodaca no pierde la fe. Reconoce que el camino será difícil, pero mantiene la esperanza de recuperarse y volver a emprender.
“Si esto es una prueba, no me quiero decaer. Con sus oraciones me dan ánimos, y eso es lo más valioso para mí”, afirmó con voz firme.
En medio de la pérdida, “La Furia” conserva su espíritu y la certeza de que, así como ha hecho reír a miles, pronto volverá a ponerse de pie para seguir animando dentro y fuera del estadio.
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