Árbitro agredido en riña de Miravalle lucha por justicia
David Esequiel García Salazar recibe apoyo médico del Estado tras ataque, pero su familia enfrenta incertidumbre por justicia.
David Esequiel García Salazar, árbitro que resultó herido durante la riña ocurrida en la colonia Miravalle, continúa recibiendo atención médica en el Hospital Amparo Pape de Benavides. El apoyo fue gestionado por las autoridades, lo que le ha permitido acceder a estudios especializados para conocer el daño ocasionado en su ojo y en su cuello.
“Estoy viendo a un 40 o 50 por ciento, todavía borroso. Traigo dolor de cabeza y el ojo me llora seguido. Sí he mejorado algo, pero no lo que quisiera”, compartió el afectado, quien también fue diagnosticado con una lesión en el cuello que limita su movilidad.
Apoyo institucional necesario
Los costos de los estudios y medicamentos son altos, reconoció, y sin el respaldo de las autoridades estatales hubiera sido imposible costearlos. “Me hablaron para que viniera directamente al Amparo Pape, para que todo fuera más rápido y no perdiera más tiempo sin atención. Si no fuera por este apoyo, la situación sería peor”, explicó.
Aún se encuentra en revisión por especialistas y está a la espera de que un oftalmólogo determine si será necesario un TAC para descartar complicaciones internas.
Un deporte afectado
Más allá de las lesiones físicas, García Salazar lamenta el impacto que estos hechos provocan en el deporte local. “El fútbol es para distraernos, para divertirnos, no para salir lastimados. Con esto mucha gente tendrá miedo de seguir participando, y los árbitros nuevos ya no van a querer entrar”, expresó preocupado.
El árbitro recordó que ha enfrentado reclamos y empujones durante su labor, pero nunca una agresión tan grave. “Esto no debe repetirse, porque al rato otro árbitro puede ser víctima y no todos tendrán la misma suerte que yo”, agregó.
Golpe a la familia
El ataque también ha tenido repercusiones emocionales y financieras en su hogar. Su hija, que esta semana cumple cinco años, le ha pedido que deje de arbitrar por miedo a que algo peor le ocurra. “Me dice: ‘ya no quiero que pites, ya no quiero que vayas’. Eso me duele mucho porque de ahí salen los gastos para la casa y hasta para su fiesta de cumpleaños”, compartió con voz entrecortada.
Además de la preocupación por su salud, ahora enfrenta la incertidumbre económica, ya que el arbitraje era su principal fuente de ingresos.
Justicia pendiente
Aunque ya presentó denuncia ante el Ministerio Público, hasta el momento no se ha detenido a los responsables. “La denuncia sigue, no hay que quitar el dedo del renglón. Si no se hace justicia, el día de mañana puede ser otro compañero, o incluso un joven árbitro que apenas empieza”, afirmó con determinación.
David Esequiel García Salazar sigue en recuperación física y emocional, pero con la firme esperanza de que este caso siente un precedente y ayude a proteger a quienes mantienen vivo el deporte en la región.
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