La movilidad que aún no es para todos
En distintos puntos de la ciudad, las banquetas revelan los retos diarios que muchas personas enfrentan para desplazarse. Rampas en mal estado, accesos bloqueados o aceras sin adecuaciones limitan la movilidad de quienes más lo necesitan: personas con discapacidad, adultos mayores o madres con carriolas. Más que un problema urbano, se trata de un desafío humano. Una ciudad accesible no solo mejora la movilidad, también refleja empatía, respeto y compromiso con la inclusión. Las calles recuerdan que aún falta mucho por hacer para que todos podamos movernos con libertad y seguridad.